Volvió del Mundial, tuvo algunas pocas horas de descanso, se puso la camiseta de Central e hizo lo suyo para la goleada por 4 a 1 ante Instituto en el Gigante de Arroyito. Alejo Véliz es determinante para el sistema de Miguel Russo y su presencia potencia las posibilidades del equipo.

“Hace dos días estaba muy triste -por la eliminación del Mundial Sub 20-, pero el fútbol es así, hay que pasar página al otro día y pensar en lo que sigue -contó Véliz, quien llegó el miércoles a la madrugada al predio de Arroyo Seco-. Me tocó jugar rápido y estaba cansado, pero cuando estás acá te corre algo por las venas que te hace correr, ir siempre”. En la semana su presencia se planteó como una de las dudas en la alineación de Russo debido a las pocas horas de descanso después de haber completado el partido de octavos de final ante Nigeria.

“Necesitaba entrar al Gigante y escuchar a la gente alentando durante los 90 minutos, le dedicamos el triunfo a ellos”, expresó Véliz en una nota que brindó a la prensa del club, y siguió: “Cada vez que te ponés esta camiseta no te podés guardar nada, hay dar lo mejor”. Resultó que el Gigante de Arroyito entero ovacionó al goleador cuando abrió el marcador y al ser reemplazado a poco del final. ¡Olé, olé, olé, olé, Véliz, Véliz!, se escuchó desde los cuatro costados de la cancha. “La gente me tiene un cariño muy lindo y poder devolverlo con goles me pone muy contento”, señaló.

Véliz llegó desde Bernardo de Irigoyen con una edad avanzada para incorporarse a las inferiores de Central y en poco tiempo pudo consolidarse en primera división. “Gracias a Dios hoy soy yo el que le pregunta a mi mamá si necesita algo y ayudo con mi hermanita, y eso se lo debo a Central que me dio todo lo que tengo hoy, voy a estar agradecido de por vida”, sentenció el delantero.