El presidente de Central, Gonzalo Belloso, no detiene la marcha en relación a lo que arrojó la auditoría del club y va a fondo. El mandamás auriazul decidió contratar al prestigioso abogado penalista Mariano Cúneo Libarona y a un equipo de peritos contables para investigar a la anterior Comisión Directiva y elevar una denuncia a la justicia en caso de comprobar delitos por estafa y administración fraudulenta.

Además, según comunicó la Comisión Directiva, la investigación no quedará solamente contra los dirigentes de la gestión saliente, sino que también apunta a la contadora Romina Baronti, quien “podría ser instigadora o partícipe relevante en estas maniobras dado por el rol desempeñado que se corroboraría a partir de testimonios recogidos”. 

En ese tono sobre Baronti, la Comisión Directiva de Central cuenta que, aún estando en funciones como empleada de Central, la contadora “habría ofrecido sus servicios a otros clubes y representantes del fútbol argentino”, lo que consideran como “una grave conducta antiética” teniendo en cuenta que maneja información sensible de la situación económica del club.

Cabe recordar aquella conferencia de prensa que dio el 3 de enero el presidente de Central, en la cual apuntó contra el expresidente Ricardo Carloni y la cúpula dirigencial. “Son una banda de ladrones que busacaban la quiebra de Central”, había declarado Belloso a los periodistas en Arroyo Seco. Entre otras cosas, el Pejerrey estaba masticando bronca por la deuda heredada, el contrato que habían firmado para el show de Ricardo Arjona y las ventas de Joaquín Pereyra y Facundo Buonanotte.  

En definitiva, Belloso pone la auditoría a disposición del penalista Cúneo Libarona para que vaya a fondo. En cuanto a Libarona, cuenta como uno de los antecedentes haber llevado adelante la famosa demanda de River contra el expresidente Daniel Passarella por supuesta administración fraudulenta. Además, representó legalmente a futbolistas como Diego Maradona, Claudio Caniggia, Martín Palermo y Ezequiel Lavezzi, entre otros. Con vínculo y de peso, en serio.