Son días de mucho trabajo para los directivos que se encargan del fútbol profesional de Central. No solamente están abocados a los petitorios del entrenador, Miguel Russo, en torno a la conformación del plantel, sino que también deben resolver situaciones como las de Franco Frías que, lejos en la consideración del DT, tiene arriba de la mesa una oferta de Belgrano para salir a buscar minutos.
El pase estaba tan avanzado que el Chipi Frías había quedado a la espera de la confirmación para viajar a Córdoba. Después de muchos días de tire y afloje, hubo acuerdo entre las partes en los términos económicos para la cesión del delantero hasta diciembre. Las tratativas habían llegado a buen puerto a través de un préstamo, con cargo y opción de compra de U$S1.5 millones, pero todo cambió a último momento.
Cuando Central esperaba la documentación para autorizar el viaje de Frías a Córdoba, Belgrano estableció a último momento una cláusula de porcentaje de futura venta por vidriera que a Central le cayó de mal gusto y no aceptó. En esas condiciones, el Chipi se quedará en el Canalla. Cuando parecía que el delantero se sumaba al plantel que comanda Guillermo Farré, ‘una avivada’ del gerente deportivo Luifa Artime frenó la operación.
En otro orden de cosas, el presidente de Central, Gonzalo Belloso, está activo sobre el cierre del libro de pases, es que tiene tiempo de maniobra hasta las 20. El rumor es que, con el visto bueno de Russo, los dirigentes Canallas inscribirían a dos futbolistas para que AFA autorice a negociar por un tiempo más: uno sería el conocido mediapunta Maxi Lovera y el otro un marcador central, del cual aún se desconoce el nombre.
Central apostaría por un ex en este mercado de pases: Lovera no juega mucho en Ionikos de Grecia, donde está a préstamo desde Olympiakos, y el Canalla estaría dispuesto a hacer un esfuerzo por repatriarlo. No es una operación sencilla porque son muchas las partes involucradas ya que habría que interrumpir el préstamo con el actual club, llegar a un acuerdo con Olympiakos, dueño del pase, y cerrar los términos contractuales con el futbolista, que percibe un salario difícil de asumir para la tesorería auriazul. Además, no es un dato menor que Lovera haya cambiado este año de agencia de representación, ya no trabaja con Ricardo Schlieper y Jorge Balbis, cercanos al club de Arroyito.