Se escribió el último capítulo de la novela Tanlongo. Al final, Sporting de Lisboa no compensará la salida de Toto de Central y por eso para el Canalla quedarán apenas algo menos de 300 mil euros correspondientes a los derechos formativos.

Los altos directivos Ricardo Carloni y Guillermo Hanono dieron una conferencia de prensa sobre el caso intentando explicar lo inexplicable. Buscaron justificar la frustrante gestión culpando al futbolista y su papá de haber faltado a la palabra. Mientras avanzaba la rueda de prensa dejaron brotar, una vez más, la incapacidad para defender el patrimonio más valioso de Central. Sobre todo el Secretario, quien por relación con Fabián Tanlongo -padre de Mateo- encabezó la empresa en el momento crucial durante el ciclo de Carlos Tevez.

Lo concreto es que, según Carloni y Hanono, la Comisión Directiva decidió junto a Tevez no colgar a Tanlongo tras haber dado la palabra de renovar el contrato que vence en diciembre. Como para ese entonces las trabas pasaban por el sueldo de primer contrato y la cláusula de salida, los dirigentes de Central ofrecieron una actualización del salario -pagar desde enero un millón de pesos por mes- más las primas.

Resultó ser tarde. Renunció Tevez y la firma no sucedió. Es que al mismo tiempo, Tanlongo acordaba de palabra con Sporting de Lisboa por 5 temporadas; finalmente llegará al club portugués desde enero y como libre de Central, que tenía la idea de ser compensado por una desprolija salida pero no hubo caso y sólo tendrá derecho a cobrar unos 280 mil euros por haber sido el club formador de una de las debilidades del DT de la Selección Sub20, Javier Mascherano.

Además de perder deportivamente a un jugador que evidentemente tenía proyección europea, significa para Central una verdadera desvalorización del famoso activo intangible dibujado en los balances de la Comisión Directiva. Para finalizar, el juicio de ética y moral a la familia Tanlongo no es correspondiente a la prensa sino a los Canallas. El club sacó un comunicado.