La protagonista de la historia se llama Tessa Hansen Smith. Es estadounidense (vive en el estado de California), tiene 21 años y va a la universidad. Y su relato se viralizó por lo extraño de la situación: es alérgica al agua.
Smith padece urticaria acuagénica, una enfermedad para la cual aún no existe una cura y es debilitante. Concretamente, cualquier roce de su cuerpo con el agua le genera brotes y erupciones en la piel.
La joven contó que sus problemas comenzaron cuando tenía entre 8 y 10 años y notaba que aparecían manchas en su piel luego de ducharse. Su madre, médica, pensó que se trataba de una alergia a los jabones o champús que usaba. Pero luego de varios cambios de marca, los problemas seguían. Recién en ese entonces, y luego de varios estudios, se detectó la enfermedad.
El cuadro tiende a ir agravándose con el correr de los años y actualmente un contacto con el agua también pueden provocarle a Tessa fiebre y dolor de cabeza.
Tan increíble es el caso, que la joven incluso reacciona ante sus propias lágrimas, transpiración y saliva. El solo hecho de beber agua puede provocarle cortes en la lengua. Y también está la pregunta lógica: ¿cómo se higieniza? La paciente contó que tiene permitido tomarse duchas dos veces al mes.
Cuando le consultaron sobre su estado actual, Smith dijo: “Es una condición difícil de tener porque soy muy propensa al agotamiento por calor y tengo que evitar la actividad física. Incluso tengo que ser transportada por mi campus en la universidad porque, de lo contrario, llego a mi clase con fiebre, migraña y erupciones, lo que hace que sea muy difícil concentrarme”.
Actualmente tiene una cuenta de Instagram en la cual alienta a gente con diferentes dificultades de salud a seguir adelante. Su usuario es @livingwaterless (viviendo sin agua).